Acceder sin permiso al historial clínico de una antigua amiga con la finalidad de amenazarla con difundir la información comprometida fueron los hechos que le van a costar 3 años de cárcel, 6 de inhabilitación y el pago de una multa de 3780€ a una enfermera de Aragón.
La enfermera se aprovechó de su condición laboral para acceder a la historia médica de su ex-amiga sin el consentimiento de ésta, aunque precisa que no consta que divulgara los datos entre terceras personas.
Denunciados los hechos, el Servicio de Salud verificó, a través de su sistema informático, que la denunciada había obtenido datos ginecológicos de su ex-amiga, así como datos de medicación, vacunas o actividad pendiente.
La enfermera sabía y era consciente del compromiso de confidencialidad que había contraído y el secreto profesional que debía respetar al acceder a datos sensibles de los pacientes.
La enfermera hizo uso de su profesión para acceder al historial médico de su ex-amiga. Estos accesos indebidos se produjeron cuando la relación entre las dos amigas se enfrió.
Ni las relaciones de amistad que existían en su momento ni las de enemistad posteriormente pueden justificar por sí solas los accesos realizados a sus respectivos historiales clínicos dado el carácter personalísimo de esa información, al no ser utilizada para la finalidad requerida, y la ausencia de consentimiento por parte de la otra persona.
La enfermera condenada cuenta con más de 20 años de ejercicio y esta intromisión le va a costar muy caro al haber incurrido en un delito de revelación de secretos.
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