Contar con contraseñas seguras en los distintos servicios web que utilizamos nos puede ahorrar más de un disgusto

Cada día son más los servicios que utilizamos que requieren el uso de una contraseña o password para poder acceder a ellos y a nuestros datos. Y, por ello, cada vez son más los riesgos que asumimos, ya que siempre existe la posibilidad de que alguien descubra nuestra contraseña y pueda tener acceso a todos esos datos e información sobre nosotros. Pese a ello, año tras año se publican numerosos informes que advierten de que una gran mayoría de personas usa contraseñas muy poco seguras y que son fácilmente adivinables. ¿Quieres saber cómo tener claves de acceso más seguras? Sigue leyendo y te lo contamos:

Nuestro primer consejo podría parecer obvio, pero la realidad nos dice que es mucho más habitual de lo que parece. Los estudios de empresas de seguridad indican que el 98% de la gente sigue usando contraseñas como 1234, admin o admin1234 para acceder a numerosos servicios web. Esto es algo que no deberíamos hacer NUNCA, ya que tener este tipo de passwords es como darle las llaves tu casa a un ladrón. Tampoco es aconsejable utilizar claves que puedan ser fácilmente adivinables por cualquiera que nos conozca o indague un poco sobre nosotros, como nuestra ciudad o fecha de nacimiento, los nombres combinados de nuestros hijos, el cumpleaños de nuestra madre, etc. Tenemos que ser conscientes de que en internet circula mucha más información sobre nosotros de la que nos creemos y que cualquiera que investigue un poco puede adivinar este tipo de contraseñas.

Nuestro segundo consejo se centra en cómo crear contraseñas que sean lo más seguras posible (100% seguro no hay nada, simplemente no usar el servicio). Los estándares dicen que una contraseña es más segura cuando tiene ocho caracteres o más e incluye una mezcla no significativa (es decir, que no sea fácilmente asociable o adivinable) de letras, números y otros caracteres, como símbolos. Un ejemplo podría ser:

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El problema que nos encontramos es que estas contraseñas son difícilmente memorizables y por eso la gente tiende a no usarlas. Por eso, muchas personas optan por combinar letras y números pero recurriendo a palabras, frases o cifras que pueden recordar, como por ejemplo el nombre de su perro y la fecha de nacimiento, o una frase de una canción que les gusta o similares. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado, ya que cuanta más información contenga la contraseña, más posibilidades hay de que alguien la descubra. No podemos olvidar que los crackers, que es como se llama a los hackers que se dedican a destripar contraseñas, utilizan bases de datos con millones de combinaciones conocidas, como estribillos de canciones, lenguajes sustitutivos con un patrón reconocido o cualquier otra cosa que esté de moda y aparezca en libros, series o películas.

Ante esto, existen diferentes soluciones, como por ejemplo usar un generador de contraseñas hasta que encontremos alguna que nos resulte más fácil de memorizar, o utilizar combinaciones de palabras no relacionadas entre sí y que no tengan sentido pero que nosotros podamos recordar más fácilmente. Cuanto menos lógica sea la combinación elegida, mucho mejor. Hay también quien opta por servicios de almacenamiento de contraseñas online en los que se generan contraseñas distintas para cada servicio y tu accedes a las mismas a través de una clave maestra. Seguiremos teniendo problemas si alguien adivina la contraseña maestra, pero tendrá que saber dónde tenemos guardadas las claves restantes.

Otro consejo clave es cambiar de forma regular las contraseñas de los distintos servicios a los que accedemos. Por favor, esto es realmente muy importante, ya que no es nada seguro tener la misma contraseña durante años puesto que puede haber sido descifrada por algún cracker y filtrada o vendida.

Y, por supuesto, también es básico no usar la misma contraseña en todos los servicios que utilizas. ¿Usas la misma llave para tu casa, tu despacho, tu coche o el buzón y la guardas en la maceta de la entrada? ¿No, verdad? Pues tampoco debes usar la misma clave en todos los servicios web, ya que si tu contraseña se filtra o alguien la descifra, puede tener acceso a absolutamente todo.

Igualmente, es muy importante no apuntar las contraseñas en sitios donde cualquiera las pueda encontrar ni compartir tus claves con nadie, ni siquiera con tu pareja o tu madre, porque cuantas más personas tengan acceso a tus contraseñas más posibilidades hay de que se filtren. Si ya lo has hecho, o en algún momento puntual no te ha quedado más remedio que compartirla, cámbiala inmediatamente.

El último consejo que os queremos dar no tiene que ver en realidad con las contraseñas, sino con los correos electrónicos. Al igual que es importante no usar siempre la misma contraseña, también lo es no utilizar el mismo email para acceder a todos los servicios. Una buena práctica es tener distintos correos e ir alternándolos en función de los servicios que se trate. Por ejemplo, podrías usar el correo profesional para los temas relacionados con tu trabajo, otro personal para las redes y uno que sólo uses para acceder a servicios que quieres probar o en los que piensas que no vas a volver a entrar. Y si quieres saber más sobre el uso seguro del email, échale un ojo a este artículo que escribimos hace unos meses.

Esperamos que todos estos consejos puedan ayudarte y te recordamos que es importante tomar estas medidas de seguridad para preservar nuestra privacidad y reducir el riesgo de ataques.

 

Imagen de portada: Vector de icono creado por starline – www.freepik.es

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